Takaki Yuya.
Su madre después de darme una bofetada dejando marcada mi mejilla, soltó sus lagrimas y llevo sus manos a su rostro, no entendía por qué, si yo estaba muy feliz de verle porque me recibía de esa manera. me cuestionaba tanto e imaginaba miles de cosas pero ella no decía nada.
no aguatando más le pregunte que si que pasaba, ella tranquilizándose me dijo algo que no me agrado, Yuri había ido a la capital a escondidas a ver mi concierto, al ser tan acelerado y descuidado el había regresado enfermo y estaba gravemente en el hospital, todo a causa de una horrible neumonía.
Guarde silencio algunos segundos, por mi mente pasaron tantas cosas, el por iniciativa propia había ido a ver mi concierto, tal vez aquellos ojos.. no, Estoy seguro aquellos ojos que vi eran los de él, esto solo me lo confirmaba. Si tan solo de verdad yo hubiera tenido la misma iniciativa de invitarle, de hablarle o de comunicarme con él, podría haberme dado cuenta que el también tenía ganas de verme , tanto como yo tenía ganas de verle a él.
No me importo dejar las maletas a medio patio de su casa, mucho menos que fuera corriendo en dirección al hospital, su madre intento detenerme pero sus gritos ya no entraban en mi cabeza, corrí como nunca lo había hecho en mi vida, tan rápido que mi cuerpo se exaltaba mas y mas a cada minuto.
llegue a la puerta del hospital apenas pudiendo respirar y con las piernas temblorosas de aquella veloz ida, pedí informes como loco intentando localizarlo, su médico me dijo lo que estaba pasando, el ahora tenía una fiebre tan descontrolada que ponía en grave peligro su vida, mis manos y cuerpo temblaron de miedo, mientras que en mi rostro una cara de pánico se hizo presente, pedí con desesperación al médico me diera la oportunidad de verlo.
El estaba ahí tendido en una cama, con una cara tan tierna, tan dulce, tan simpática como siempre la había recordado, sus mejillas estaban coloradas, tal vez por la fiebre, pero realmente para mí el brillaba aun estando así, estaba tan feliz de poder volver a verlo, pero al mismo tiempo estaban tan mal por verlo así, enfermo, no sonreía como yo siempre lo había recordado, y más me dolía que todo había sido por mi culpa.
Intente desesperado decirle algo, pero mi vocabulario se había borrado de mi mente, la única palabra que decía era su nombre, Yuri, una y otra vez, no podía decir otra cosa mientras lo miraba, mis ojos estaban llorando desconsoladamente, no podía pedirme a mí mismo controlarme ya que resultaba imposible.
Todo ese día me la pase sentado a su lado sujetando su mano, no comí, ni siquiera tenía ganas, solo estaba ahí viéndolo, mi mirada se perdía junto con mis pensamientos mientras enfocaba su delicado rostro, los segundos, minutos y horas parecían detenerse, sin embargo ya había llegado la noche y el seguía ahí tendido sin reaccionar.
La mañana siguiente aun sin dormir, seguia con fuerzas sujetando su mano, al salir el sol toque sus mejillas y me percate de que la alta fiebre había desaparecido, no tarde mucho y llame al doctor para que le revisara, el nos dijo a su madre y a mí que parecía que el peligro había pasado, solo debíamos esperar a que Yuri volviera en sí para poder darlo de alta, por un momento eso me hizo feliz, ya no corría peligro, su alta fiebre había disminuido dejándolo fuera de riesgo, me senté a su lado a esperar que abriera los ojos para darle la gran sorpresa de que había vuelto por fin a su lado.
Pero por más que sujetara su mano el no despertaba, incluso volvieron a sumarse horas, y el no abría los ojos, esto realmente empezaba a desesperarme, si ya todo estaba bien porque él no despertaba, el doctor no podía darnos una explicación, mucho menos decirnos con exactitud cuando el reaccionaria, lo cual solo me desesperaba.
Sin darme cuenta, los días empezaron a correr y el no abría sus ojos, su piel seguía deslumbrante, pero él no despertaba, parecía que disfrutaba de estar soñando, me preocupaba demasiado que de ser así , el prefiriera vivir eternamente en sueños dejándome aquí.
Su madre estaba igual de preocupada que yo, sin embargo entendía mis sentimientos y me permitía estar todo el día su lado sujetándolo de la mano, esperando que algo de mis sentimientos se transmitieran a él y despertara por fin.
No comía, no me bañaba, tampoco atendía a los llamados de la agencia, de verdad el mundo no me importaba si él no podía reaccionar, todas mis fuerzas, todos mis sentimientos estaban a la espera de volver a ver aquellos ojos y su hermosa sonrisa.
Su madre, mis representantes, el mismo medico intentaron separarme de él al verme tan preocupado, tan débil temiendo que enfermara igual que él, pero era igual siempre, con lagrimas en los ojos respondía diciendo que quería estar junto con él, no importaba como, ni cuánto, yo quería estar a su lado.
Sabía muy bien que esto significaría el fin de mi carrera y de todo lo que había construido, pero ya nada importaba, incluso si enfermase igual que él ,incrédulamente creía que así podía entrar a sus sueños y decirle tantas cosas que tengo guardadas en el corazón para él.
Una noche, abrí la ventana para quela luna iluminara su radiante rostro, me senté a su lado y volví a sujetar su mano, pidiéndole a dios que esta pesadilla terminara, mi pulso se había vuelto tembloroso al sujetarlo, aun que intentara verle directamente, ya no podía verle bien, mi mirada era borrosa, ese día lo último que vi fue su rostro, esa noche caí inconsciente a su costado después de tanto cansancio.
Chinen Yuri.
Había tenido un sueño donde miraba su rostro tal como lo había estado haciendo siempre, su rostro como salía en la TV, en las revistas, sonriendo amablemente, sin embargo en ese sueño el gritaba mi nombre, y me hablaba desesperadamente, pero aun que yo quería responderle, no salía ningún sonido de mi boca, de repente todo se volvía oscuro y lo perdía de vista, me aterro tanto la idea de dejar de tenerlo junto a mí que sentí un dolor en el corazón con el cual desperté de ese sueño que parecía eterno.
Mi corazón estaba muy acelerado, tanto que me dolía el pecho, cuando quise tocarlo con mi mano, sentí que algo me impedía moverla, asustado de lo que podía ser, voltee mi vista a un lado y mis ojos dejaron escapar lagrimas como si fuera una regadera, aquel pelo teñido ya con algunas raíces negras, solo me indicaban que aquella cabeza agachada sobre mi regazo se trataban de él.
Su rostro estaba oculto a mi vista, quería comprobar que se trataba de él, así que repetía su nombre en voz baja, ya que aun que quisiera alzar mi voz no podía, Yuya, decía mientras jalaba levemente de la mano que se aferraba a la mía.
no me respondía, así que con un gran esfuerzo y sin dejar de sujetar su mano, me incline a ver su rostro , definitivamente era él, lo mire y pude sentirlo.
Ese aroma, ese aura, esa piel solo podían pertenecer a él, intente despertarle pero mi débil voz no surgía efecto. Fue justo cuando en mi desesperación de que algo anduviera mal intente soltarme de su mano para pedir ayuda , en ese preciso instante su cuerpo reacciono apretando con mas fuerzas mis manos.
Por fin, el empezaba a reaccionar lentamente, así que no perdí el tiempo y volví a susurrar su nombre, ahora él podía escucharme ,rápidamente alzo su cara y me miro fijamente, sin embargo no dijo nada, yo de la misma manera lo miraba directamente a los ojos, pero no me atrevía a decir nada, tal vez aun creía que seguía en un sueño o prefería creer que en ese momento el tiempo se detenía en su mirada.
Yuya susurre después de un rato de silencio , quería que ambos volviéramos a la realidad y comprobar si esto era verdadero, el solo abría mas sus ojos mirando fijamente, su rostro no era el de aquellas revistas, ni aquel rostro fresco del conciertos, sus ojos y cara reflejaban un enorme cansancio, su bella mirada se opacaba por unas grandes ojeras, su piel era tan pálida y sus labios estaban partidos, el parecía estar enfermo, lo cual me empezaba a preocupar mucho.
Pero antes de que preguntara yo algo acerca de cómo se encontraba, el sin soltar para nada mi mano subió al costado de mi cama, y me abrazo con fuerza mientras acercaba su rostro al mío.
" Te he extrañado tanto" susurró a mi oído, con una voz temblorosa, se separo un poco de mi mirándome fijamente, mis ojos no pudieron aguantar y estallaron en llanto al escucharlo, por fin lo pude saber, este sentimiento era mutuo, el seguía pensando en mi.
Intente nuevamente decirle algo pero su rostro se fijo penetrantemente en mi mirada, era algo hipnotizante, el soltó mi mano solo para tocar con ella mi rostro, sus manos eran tan cálidas, tan suaves que me sentía tan bien al sentirlas, mis palabras quedaron selladas cuando el acerco sus labios a los míos regalándome un tierno beso.
Realmente eso me tomo por sorpresa, pero no pude quejarme, era tan feliz de sentir aquella calidez sobre la mía, era una conexión tan perfecta que le devolvía a mi alma aquella paz que había perdido cuando el se fue de mi lado.
Después de algunos segundos el separo su rostro del mío y se acurruco sobre mi pecho, ya no dijo más e instantáneamente se quedo dormido.
No me atreví a llamar a ningún medico, ni a nadie más, lo abrase mientras dormía a mi lado, no quería dejarlo ni un instante, lo deje descansar a mi lado toda ese noche, con la esperanza que a partir de ahí jamás se fuera de mi lado.
me pregunto si este sentimiento de querer verlo y pasar tiempo con él es lo que llaman amor.
FIN
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