Unexpected Love…

 

 

Titulo : Unexpected Love…

autora: Kao-chan

 

Nubes blancas… suaves y esponjosas nubes blancas, era lo único que se veía a través de la ventana del avión en el que viajaba con mí prometido con destino a un lugar hermoso lejos de mi hogar.

-Estimados pasajero, este es el vuelo 3-87 con destino a la ciudad de París, estamos volando a una altura de 10 000 m. a una velocidad de 800 km por hora, y esperamos llegar dentro de 2 horas con 30 minutos a nuestro detibo- decía la voz del piloto por el alto parlante.

- Chi?, estas despierto?...Ya casi llegamos, amor! – dijo cerca de mi oído y de forma dulce mi amado.

-Si Kei…estoy despierto! ya quiero llegar…

- Que emocionante, no puedo esperar para ir a ver, todas esas construcciones, quiero ver esos edificios y la deliciosa comida…

- ah… si… las construcciones - le dije en un tono serio y bajando mi cabeza un poco.

-Y claro para estar contigo mi amor… – me abrazo y recargo su cabeza en mi - este es nuestro primer viaje juntos antes de casarnos! - sin poder contenerme a su dulce voz lo abrace también y me acurruque con él para quedarnos dormidos lo que restaba del viaje.

Al llegar al aeropuerto, un chico no muy alto con una pancarta en la mano, esperaba por nosotros.

-Kei!- grito desde su lugar.

-Ryutaro!, hey gracias por venir…- saludo Kei al chico, que pareciera que ya conocía

-Que bien que ya llegaron, como estuvo el viaje?

-Bien, muy tranquilo, me dormí casi todo el camino hahaha…ah casi lo olvido- dijo dirigiéndose a mi- Yuri, te presento a Ryutaro, estuvo conmigo en la escuela cuando vine de intercambio en La Vallée.

-Hola, Yuri Chinen, mucho gusto en conocerte Ryutaro -conteste amablemente asiendo una leve reverencia.

-Bonjour Yuri, un gusto en conocerte –sonrió y extendió su mano en forma de saludo.

- Bien me alegra que se lleven bien, sabes Chi, Ryutaro es hijo de un gran arquitecto aquí en Paris y de verdad hace un buen trabajo.

- Kei… no es para tanto, será mejor que nos apuremos, el taxi nos espera afuera – me extrañe al escuchar lo que el chico dijo, no… la verdad es que desde que vi a ese chico con el cartel al salir del andén, todo era extraño. Es verdad que Kei había estado en Francia antes, el había viajado para ir al École d'Architecture de Marne, o mejor dicho a la Escuela de Arquitectura de Marne como intercambio cultural, alguna vez me llego a contar acerca de los amigos que hizo y de lo excelente que lo había pasado en esa escuela, mas sin embargo nunca menciono a alguna persona en especifico o que alguien sabia que nosotros llegaríamos a Paris y muchos menos imagine que estuviera esperando por nosotros al llegar. Estaba confundido, pero nada mejor que una cena con él a solas y todas mis dudas se aclararían.

El taxi se detuvo frente a un edificio no muy alto, con ese toque europeo y típico de aquella ciudad, con una elegante entrada.

-Bien llegamos…- dijo el amigo de Kei para después bajar y pagarle al señor del taxi. – Bueno Kei, aquí está el hotel que te dije –señalo el edificio- y pues Bienvenue à Paris, yo me tengo que ir, pero cualquier cosa que necesiten pueden llamarme.

-Gracias Ryutaro- contesto Kei bajando las maletas de la cajuela del auto- estamos en contacto entonces, hasta luego.- Y así nos despedimos de Ryutaro para entrar al hotel y descansar un poco después de casi 16 horas de vuelo. A llegar a la habitación mis ojos se abrieron como plato y es que no lo podía creer, podría jurar que esa habitación era más grande que mi casa completa.

-Sera mejor que cierres los ojos o se te saldrán amor- con su mano cubrió mis ojos y me abrazo por la cintura-

-Kei esto es genial, como conseguiste una habitación tan..tan… LUJOSA!

- A tu sabes, yo soy Inoo Kei todo poderoso y consigo lo que quiero…- esto lo dijo muy cerca de mi oído haciendo que me estremeciera un poco- pero eso no es todo… aun hay mas- me destapo los ojos y cuando los abrí, quede boquiabierto con esa hermosa vista frente a mi – Ke…keii…es…HERMOSA! – así es, justo desde esa terraza se podía ver una bellísima vista de la ciudad con un fondo de la torre Eiffel, si de día lucia hermosa, no me imaginaba como se vería de noche.

- Es solo para ti…Feliz Aniversario Chinen me tomo de la cintura y nos besamos tiernamente.

El resto de la tarde paso tranquila, puesto que estábamos algo cansados decidimos ir a dormir un poco y más noche ir a cenar a algún lado o simplemente pasear por ahí. Desperté y sin hacer mucho ruido me dirigí a tomar un baño y alistarme. Pasaron unos minutos y ya que estuve arreglado iba a despertar a Kei para que él también se arreglara pero el ya no estaba en la cama, mire hacia a un lado para verlo en la terraza hablando por teléfono, salí junto con el abrazándolo por detrás y esperar a que colgara.

-Si por supuesto que me encantaría Señor, es una gran oportunidad…muchas gracias, si hasta luego - decía con tono de emoción para después colgar su celular. – WOOAAA… no puedo creerlo! Chi, soy tan feliz~

- Si puedo notarlo mi vida! Tu voz y tu expresión me lo dicen…- lo abrase fuerte- no me digas a tu padre le dieron el nuevo puesto de presidente de la constructora? O mejor aun el quiso que tú fueras el presidente?

- No Chi, nada de eso… aun mejor, el Padre de Ryutaro quiere conocerme… así que iremos a cenar con él y su familia, no es emocionante

- S..sii, muy emocionante… - dije algo entrecortado pues esa idea no era de mi agrado, y menos porque yo quería pasar tiempo solo con el.

-Que te pasa Chi?...no te gusto la idea verdad? – me pregunto con un tono de resignación.

- No amor, no es eso… solo pensé que iríamos a cenar juntos… tu y yo… pero no hay problema, si para ti es importante conocer a ese señor entonces por mí no hay ningún problema – sonreí ligeramente para que no notara mi inconformidad, en verdad me molestaba tener que ir con esa familia que no conocía, pero a la vez no quería que Kei perdiera esta oportunidad.

-Gracias amorcito, prometo que pasare mañana todo el día contigo… lo prometo! –y así me abrazo con fuerza para después soltarme y entra a cambiarse para esa “importantísima cena”.

Un auto negro y lujoso esperaba afuera del hotel, cosa que me hizo pensar, esta no sería una cena normal con comida casera y una taza de té. Llegamos a la casa y tal como lo imaginaba nos recibió un hombre con traje negro muy arreglado saludando cortésmente…- Bonsoir Messieurs -

Hola chicos, que bueno que vinieron, pasen! – nos recibió Ryutaro y nos paso a la gran sala donde nos sentamos y platicamos un poco.

-Buenas Noches Jóvenes, bienvenidos a nuestra casa- una voz ronca nos saludaba desde las escaleras.

-Señor Morimoto, buenas noches es un placer conocerlo…- se levanto Kei muy emocionado para saludar al hombre. Yo soy Inoo Kei…

- Si el famoso Kei… Ryutaro me ah contado mucho sobre ti, y tu joven? también eres amigo de mi hijo? – se dirigió hacia mí y le conteste.

-Ah… No el viene conmigo señor, estamos aquí de viaje, el es…- lo interrumpí y me presente- Chinen Yuri, mucho gusto!

Después de esa incomoda presentación, nos invitaron a tomar asiento en el gran comer para cenar. La comida lucia deliciosa y en verdad lo etaba, pero ni eso me quitaba el mal sabor de boca de esa cena aburrida.

-Y que harás mañana Kei?- pregunto Ryutaro –

- hmm… por que la pregunta Ryutaro?

- Padre, que te parece si mañana invitamos a Kei a que vaya con nosotros a Saint Jean Musique para el proyecto de la constructora. – le pregunto a su padre.

- Es una excelente idea Ryutaro, claro si Kei está de acuerdo!

-Enserio??... por supuesto que me encantaría señor, sería un placer- dijo emocionado. Lo mire con su rostro casi iluminado por aquella propuesta sintiendo feliz por el, pero triste a la vez porque no había recordado lo que esa tarde me prometió, mis lagrimas amenazaban con salir, pero no podía hacerle una escena de enojo enfrente de todos, así que me contuve y solo me limite a seguir comiendo sin decir palabra alguna. Una vez terminada la cena, nos despedimos y partimos rumbo al hotel, todo el camino no cruzamos palabra alguna, hasta que el rompió con ese silencio.

- Amorcito, estas enojado?- me pregunto con un tono bajo, no quería contestarle ya que si lo hacía comenzaría a llorar y le arruinaría todo. Así que armándome de valor y contener las lagrimas le conteste.

- No amor, porque deberías estar enojado?

-Pues estas muy serio y no has dicho ni una palabra en toda la noche y eso no es normal en ti…

- No, no es nada mi vida, es solo que aun estoy algo cansado, pero mañana estaré mejor. – le mentí, lo sé, pero no quería que supiera que por dentro estaba hartándome de ese tal Ryutaro y sus formas de arruinar mis vacaciones con Kei.

Cuando llegamos la habitación, me abraso por la espalda y beso tiernamente mi mejilla caminando lentamente hasta llegar a la cama y quedar recostados los dos juntos. Me gire para poder mirarlo a los ojos y darle un rápido beso en los labios.

-Buenas noches amor- le dije para recostarme en su pecho y quedarme profundamente dormido.

A la mañana siguiente, al sentir un espacio vacío a mi lado me gire para verme completamente solo sobre la cama. Lo primero que hice fue buscar a la persona que faltaba a mi lado, pero lamentablemente solo encontré una simple nota en el espejo…

“Amor, cuando te levantes sé que me buscaras a tu lado… pero no estaré ahí, así que sal a la terraza donde deje algo para ti…”

Con algo de nervios me acerque a la terraza, en verdad no sabía que podía encontrarme ahí, mi corazón latía muy rápido, pero se tranquilizo al ver a Kei recargado en el barandal viendo el paisaje matutino.

-Kei…-

-Chi, mi amor, buenos días…- se acerco a mí dándome un tierno beso en la mejilla.

- Me asustaste tonto, no vuelvas a hacer eso…- le dije abrazándolo

-Pero porque te asustas? Solo quería sorprenderte con esto…- señalo la mesa bien adornada con el desayuno ya servido y una pequeña caja en el centro.

- Awww Kei, gracias…

- Vamos a desayunar-

-Keishito, a donde iremos hoy? – le pregunte pensado que alomejor lo de anoche solo fue una manera de sorprenderme con algo hoy.

-Pues…- iba a contestarme hasta que el celular comenzó a sonar.

-Bueno, ah, Ryutaro, buenos días… - no sé porque presentía que se trataba de ese chico, pero no le tome mucha atención- … que ya estás en el lobby?, a si ya, ahora bajo si, si…bye! – colgó y regreso a la mesa- Era Ryutaro, que ya está abajo… vámonos.

-Kei...- le dije serio, pues eso ya había sido la gota que derramo el vaso- mi amor, no me siento muy bien –le mentí – por qué no mejor vas tú solo? Yo me quedare aquí a descansar.

- Chi, mi amor… no, si no te sientes bien entonces será mejor que me quede – saco su celular para marcarle a Ryutaro, pero lo detuve.

- Mi vida, claro que no… no dejare que dejes pasar esta oportunidad, yo estaré bien, te lo prometo- lo tome de las manos y lo mire a los ojos.

Minutos después, ahí estaba yo… solo en la habitación tumbado sobre la cama y maldiciéndome por no haber tenido el valor de decirle a él todo lo que estaba haciendo que mi corazón doliera.

De pronto mi cabeza se contradijo completamente. No me iba a pasar toda la tarde encerrado en esa habitación llorando, yo había ido a ese lugar para disfrutar un tiempo fuera de mi rutina diaria tal vez no pensaba hacerlo solo pero la situación lo ameritaba así que me lave la cara, tome mi abrigo y salí del hotel.

Camine por esas hermosas calles con un estilo moderno pero su vez antiguo… las estatuas de los parques, el ánimo tan alto de sus habitantes que te saludaban con una enorme sonrisa en el rostro. No solo me dedique a pasear, pues algunas prendas y accesorios me llamaban la atención.

Después de horas de caminar mi estomago comenzó a hacer sonidos, indicando que era hora de comer. Unas calles más adelante estaban un restaurante muy agradable, con mesas al aire libre y un ambiente tranquilo. Me senté en una de las mesas con vista a la plaza acompañado de uno de los meseros dejando el menú sobre la mesa. Mire la carta sin saber que pedir, todo se escuchaba muy delicioso – Mmmmhhh… que podre pedir - seguí mirando la carta hasta encontrar algo que en verdad me agradara, así que pedí mi orden- voy a querer un qui…che Lorra...ine y para tomar una limonada por favor- dije con dificultad.

-oui monsieur, algo mas? – me pregunto el mesero.

- No, es todo por ahora, merci ! – el mesero se retiro mientras yo miraba a mi alrededor, estaba tan adentrado en mis pensamientos, que no me di cuenta que a lo lejos un chico alto, de cabello claro me observaba fijamente, cuando me di cuenta nuestras miradas se cruzaron lo que me hizo ponerme algo nervioso, después de verlo rápidamente me gire y trate de no volver a voltear. Él desde donde estaba saco de su bolso algo así como una libreta grande y un lápiz y comenzó a escribir. De pronto mi celular sonó y rápidamente conteste, pues yo sabía que era Kei para preguntarme como estaba.

- Hola Kei!

- Hola mi amor, como sigues? – me pregunto tranquilo.

-Bien, oye lo siento no te pude avisar, tenía hambre y salí a comer…

-Ah no te preocupes amor, tu eres libre de hacer lo que quieras…oye, necesito decirte algo – su voz cambio un poco de tono.

-Si…que ocurre Kei

-Veras, estamos en la ciudad de Lyon y al parecer el padre de Ryutaro quiere que nos quedemos hasta el sábado…y pues… - no lo deje terminar la frase y le conteste

-A me parece bien amor… cuídate mucho y diviértete, Adiós! – colgué el teléfono y lo apague, sabía que me regresaría la llamada, pero en ese momento no quería escucharlo… mi corazón se sentía como si le hubieran dado un golpe muy fuerte, enserio… el me estaba diciendo que estaría toda una semana en otra ciudad?? y peor aun con ese chico que para nada me agradaba. Las lágrimas rodaron por mis mejillas, me sentía solo, abandonado por el amor de mi vida…como podía hacerme eso, como?

La ira y el enojo me tenían tan distraído que sin darme cuenta sentí como algo secaba mi llanto.

- pourquoi tu pleures? – dijo el chico frente a mi

-Disculpa… no hablo francés – talle mis ojos limpiando mis lagrimas.

-Ah, eres extranjerou… entonces por qué lloras petit étranger?

-No… no es nada…importante…

-Pero, si no es nada impoctante, no deberías estar así con tu carita tristeu…- acerco su mano a mi rostro acariciándolo suavemente- Te impoctaria si me quedo contigo?

-eeh?..aa .. no….- mis ojos se perdieron en su mirada penetrante, ese chico tenía un aroma que me hipnotizaba e impedía que pensara correctamente, así que solo respondí lo primero que salió de mi boca. Salí de mis pensamientos con la voz del mesero trayéndome mi orden y el pido algo para tomar.

-Disculpa mi atrevimiento…pero me dirías tu nombreu? – me dijo amablemente.

-Yuri…Chinen…mucho gusto

-Yuri, que hermoso y melodioso nombreu tienes… como una linda cancióun de primavera! – me lo decía con tono suave que me ponía nervioso y aceleraba mi corazón. Ni siquiera Kei me había dicho cosas así en lo que llevábamos de novios y este extraño sin conocerme ya estaba recitándome poemas.

-Yo soy Yuya Takaki… -tomo mi mano y la beso- es un placer conocerte!

Después de comer estuvimos platicando un poco sobre mi y el por qué hace unos momentos me encontraba solo en esa mesa de restaurante con lagrimas corriendo por mi rostro y el celular en mis manos.

-Y porque te dejo solo? No se supone que venían juntos en este viaje?

-Sí, pero… el… quería ir y… no podía decirle que no… porque hubiera sonado muy egoísta.

- Claro que nou… si es tu prometido entonces tu eres más importante que todo…- Eso que dijo me dejo pensando, volvió a sacar su libreta y el lápiz continuando con eso que estaba escribiendo.

-Que tanto escribes? – le pregunte tratando de ver la libreta.

- No puedes ver aun, no seas impacienteu - Movió su mano un par de veces más para por fin terminar con eso que estaba haciendo en la libreta- Voilà! – volteo la libreta dejándome ver ahora si lo que tanto hacia.

Era yo, lo que tanto había estado haciendo era un dibujo de mi sentado en esa mesa y mirando al cielo, algo me llamo la atención y fue que en el dibujos los ojos pareciera que fueron borrados y vueltos a dibujar.

-Disculpa por ese error, pero desde donde estaba no podía ver bien tus ojos – me decía mientras se iba acercando - por eso vine para poder verlos más de cerca y ver bien lo que había en ellos.

- Ah s..sii… y porque …querías ver eso?

-Porque ahora me doy cuenta que la tristeza y la ira que se veía a lo lejos no es nada comparado a la ternura y calidez que se refleja teniéndolos así de cerca. – se acerco mas a mi sintiendo su respiración y su mirada fija con la mía, de pronto todo lo que me agobiaba se había ido de mi mente, mientras mi cuerpo actuaba por si solo acercándose de igual manera.

- Mon petit étranger, me permitirías invitarte a pasar lo que queda de esta tarde conmigo..?

Y sin dudarlo un solo segundo acepte a quedarme a su lado, que mejor que pasear por la hermosa ciudad de Paris que con una persona que ya la conocía. Así que pedimos la cuenta, pagamos y salimos del ahí para dirigirnos a un callejón un poco escondido.

-aam…disculpa a donde vamos?- pregunte algo asustado.

-No te preocupes mon petit étranger, solo vamos por mi motoneta, o prefieres caminar?

- no, está bien… yo te sigo

Nos subimos a la motoneta emprendiendo nuestro paseo por Paris, me llevo a los lugares más hermosos de toda la ciudad, unos museos enormes, callejones llenos de arte y esculturas bellísimas y el mejor helado que jamás había probado en toda mi vida. Era el día perfecto… el mejor día de mi vida y al lado de un extraño que por más raro que sonara estaba comenzando a gradarme.

Ya el sol se estaba poniendo y con él una leve brisa fria que nos acompañaba en nuestro paseo por las calles, llegamos a una gran rueda de la fortuna que encendía sus luces.

-Wooaa… es hermosa! – dije mirando hacia arriba

-Quieres subirte?

-Eh?... podemos?

- haha claro vamos – me tomo de la mano y me guio hasta la entra del juego. Mi cuerpo se estremeció por el contacto de su mano con la mía, y un color rosa se subió a mis mejillas. –Te dan miedo las alturas?

-No no no… para nada – conteste nervioso.

-Bien, entonces vamos. – subimos al juego y nos sentamos uno enfrente del otro mientras la rueda iba subiendo. La vista desde ese punto era inigualable las luces de la ciudad se dejaban ver.

- waaaaa…que hermoso… - me levante de mi lugar y pegue mi cara al vidrio para ver mejor. Hubo un momento en que el juego se detuvo dejándonos en el punto más alto, haciendo un movimiento tambaleante lo que ocasiono que perdiera el equilibrio y cayera, pero los brazos de Yuya lo impidieron.

-Debes tener cuidado…- me ayudo a levantarme sin soltarme.

-Gracias… - de nuevo esa sensación se estaba haciendo presente y mi sonrojo me delataba.

- Yuri, perdóname… - se fue acercando a mi oído para susurrarme suavemente – Perdóname por hacer esto…

- Ha...hacer qué? – se acerco a mi acabando con el espacio entre nosotros con el suave contacto de sus labios. Al principio me quede me quede helado… eso era algo que no esperaba y menos que segundos después mi cuerpo respondiera por sí mismo. Fue un beso suave y cálido que me hizo mandar todas mis preocupaciones, ira y todo lo malo al diablo…hasta que el rostro de Kei apareció en mi cabeza, haciendo que un sentimiento de culpa me invadiera.

-Espera…- nos separamos – no puedo hacer esto… estoy comprometido…

- Tus palabras dicen eso… pero tus labios no…

- pero Kei…- mi corazón se oprimió, yo sabía muy bien que amaba a Kei pero ese chico me estaba confundiendo completamente.

-Lo siento…tienes razón… no debí hacerlo…

La maquina se movió de nuevo para regresar, al bajar de ella ninguno de los dos dijo palabra alguna.

-Ya es tarde… te acompañare a tu hotel…

-Si, gracias…

Todo el camino no dijimos nada, llegamos al lobby del hotel y fue cuando rompí el silencio.

-Gracias por acompañarme el día de hoy…enserio me divertí

-Yo tengo que agradecerte a ti – beso mi mano- fue un gusto concerté mon peit étranger- tomo su casco y camino a la salida. Salió del hotel y yo me quede ahí parado en medio del lobby, para después ir a mi habitación y dormir… Sí, eso hubiera querido que pasara, pero no más bien fue todo lo contrario.

Lamentablemente… mi corazón me traicionaba, y yo traicionaba a la persona que amaba, pero en ese momento no me importo y me deje llevar por ese nuevo sentimiento que se apodero de mí. Sus besos me enloquecían, eran tan diferentes a los de él…sus caricias me envolvían llevándome a la locura y definitivamente no eran como las de él… y lo que más me sorprendio era la forma en la que me entregaba, nunca lo había deseado tanto como ahora, que ese extraño me hiciera suyo era lo que más quería en ese momento.

Nuestros nombres retumbando en las paredes de la habitación, nuestros cuerpo perlados por el sudor, las respiraciones entrecortadas por el esfuerzo… podría jurar que esa era mi primera vez, y es que si lo era… era la primera vez que engañaba a Kei, era la primera vez que lo sacaba de mi cabeza y corazón.

Al despertar mis ojos se toparon con el rostro aun dormido de Yuya, se veía tan tranquilo y tierno durmiendo, me acerque a él para darle rápido beso en los labios, lo que hizo que se despertara.

-Buenos Días… - le regale una sonrisa

-Bonjour… como amaneció mon petit étranger

-Bien con algo de hambre…

-Bien, no se diga mas, vamos a desayunar te parece?

-Si… - salimos de la cama para vestirnos y poder ir a desayunar.

Así como ese día fue maravilloso, toda la semana paso igual estando con él, me llevo a conocer los más importantes puntos de Paris, desde los campos Elíseos, el museo del Louvre, el arco del triunfo, el palacio de Versalles y la famosa Notre Dame.

El sábado llego y llego muy rápido… pues al dia siguiente a las 9:00 de la mañana estaría en el avión de regreso a casa.

Eran temprano y mientras me arreglaba recordé que desde el lunes había apagado mi celular, de seguro alguien debe estar muy preocupado porque no le conteste sus llamadas. Fui hasta el cajón de la mesa de noche y prendí el celular, y como lo pensaba tenía más de 30 llamadas perdidas de su celular y 15 mensajes sin leer.

-Demonios, estoy seguro que se molestara por esto…- le marque y espere a escuchar su voz molesta del otro lado.

-Chinen?...- dijo casi en un grito

-Kei, hola… perdón…- le decía, pero no me dejo terminar.

-Amor… casi muero, porque no me contestaste, me preocupe mucho, pensé que te había pasado algo malo…

-No, estoy bien…es que me quede olvide volver a prender el celular es todo

-Me alegro que este bien amor, me tenias muy preocupado.

- Lo siento… oye y cuando llegas?

-Esta misma noche, así que necesito que estés listo para las 8:00 por que iremos a cenar para compensarte por haberte dejado solo…

-Eh? Enserio?...entonces a las 8:00 estaré listo, ten mucho cuidado amor…

La tarde paso lento, Yuya no hablo ni vino a verme así que solo me dedique a pasear por todo el hotel. A las 6:00 regrese a la habitación y un sobre en el suelo llamo mi atención.

“Mon Petit Étranger

Se que mañana vuelves a tu hogar… por eso quiero pasar estas ultima horas contigo, te espero en el lobby a las 7:30 para llevarte a un lugar especial….

Yuya “

-7:30?... Yuya, no pudiste haber escogido otra hora... – me puse de más nervioso… primero la cena con Inoo, y ahora Yuya, tenía que arreglarlo de alguna manera.

Eran ya las 7:25 y yo estaba en el lobby esperando a ver a Yuya y explicarle lo que pasaba, de pronto unas manos taparon mis ojos.

-Yuya, tengo que hablar contigo.

-Yuya?... quien es Yuya?

-Kei… a qué hora llegaste??

-Acabo de llegar…pero ahora quiero que me digas quien es Yuya…

-Yuya, es…un amigo que hice mientras tú no estabas.

-A si? Y de que tienes que hablar con el…

-De… - en eso llego e interrumpió.

-De que fue un gusto para mí conocerlo… y espero que tenga un buen viaje. – dijo con tono de tristeza

- Con que tu eres Yuya no?... pues bueno ya se lo dijiste, ahora si Augvoua!

-No te preocupes, ya me iba – le lanzo una mirada desafiante a Inoo para darse vuelta y salir – y por cierto es Au revoir, tête de pont…

-Kei, porque fuiste tan grosero con el… el solo venia a despedirse de mi – salí corriendo tras de él, tenía que aclarar todo cuanto antes. – Yuya, espera…

-Que es lo quieres…

-Oye no me hables así, yo te iba a hablar de esto… es que…

- Es que nada… que querías decirme que como tu amorcito te dejo una semana solo ahora llego a arreglar las cosas y que ahora todo seria color de rosa…

-No… eso no es…

- O peor aun, me dirás que solo fui tu consuelo mientras ese idiota estaba con el otro tipo… a si ahora lo entiendo yo solo fui tu juguete vengativo… como no me di cuenta antes. C’est magnifique Yuya… eres el jouet de sexe de un niño que solo quería jugar.

- No… tu…

- Solo dime, acaso no tuviste suficiente con todo lo que paso…enserio no te diste cuenta? – me quede callado ante su pregunta y es que en ese momento todo dentro de mí era un desastre.

- Como lo pensé… nunca lo supiste… está bien no importa después de todo no lo hubieras entendido. – con esas palabras se subió a su motoneta y se marcho dejándome solo en medio de la calle y con el corazón hecho pedazos.

- - - - - - -- - - - - - - - -

Aun me sigo preguntando, porque no se lo dije… porque no le dije que yo sabía que le estaba enamorado de mí y yo… de él.

5 meses después todo estaba listo, la boda seria dentro de un mes y solo faltaba repartir las invitaciones.

-Amor… el fin de semana iremos a Paris para ir a dejarle la invitación a la familia de Ryutaro no estás ocupado verdad?

-Ah…no amor, por supuesto que iré contigo. – por algo pasan las cosas y está definitivamente no era una casualidad.

Mis manos temblaban, sentía una desesperación inmensa, regresar a ese lugar en verdad me alteraba y es que aun y faltando pocos días para casarme, aun tenía la esperanza aunque sea de verlo una vez más.

Cuando llegamos fuimos directamente a casa de ese chico Ryutaro a entregar la invitación, aun era temprano así que después de salir de su casa fuimos a pasear.

-Nervioso? - me pregunto al notar mi mirada perdida.

-mmh?... –reaccione- a si… algo

-Que tienes Yuri?, te pasa algo?

- No amor… es solo que… no me gusta viajar en aviones me cansan mucho…

-Ah entonces espero que los barcos no te pongan así, porque recuerda que nuestra luna de miel es un crucero por Hawái y no quiero que te vayas a marear y esas cosas.

-No, claro que no, porque no es lo mismo un avión que un barco…

-Vamos a comer te parece?

-Siii, ya hace hambre

- Mira, ahí está ese restaurante, se ve bonito…vamos.

Me quede sin palabras, pues ese restaurante era en donde por primera vez vi a Yuya, donde todo había comenzado. Me puse muy nervioso pero a la vez estaba ansioso, pues existía la esperanza de poder verlo y hablar aunque sea solo un poco con el.

Nos sentamos y ordenamos, mientras yo miraba a los lados buscándolo.

-Vaya que te gusta la vista de aquí no?

-Ah?, no… solo miraba los edificios…son bonitos no?

-Si en verdad son muy bellas estructuras.

Mientras comíamos, quise voltear para mirar por última vez y como por arte de magia, ahí estaba… en la misma banca de la plaza con su libreta en las manos haciendo lo que más le apasionaba… dibujar la verdadera esencia de las personas.

-Kei, voy al baño… ahora regreso.

-Ah? Si, ten cuidado, yo iré a pagar te espero en la caja

Me apresure a salir de ahí sin que Inoo se diera cuenta, cruce la calle y llegue a la plaza, me fui acercando a la banca donde estaba él, mi corazón latía a mil por hora y mis pies temblaban. Una vez que estuve a escasos centímetros de él las palabras no salían.

-Se te ofrece algo? –me asuste cuando lo escuche hablar.

-Hola… solo venia a…saludarte

-Si? Bueno ya lo hiciste, ahora regresa con tu novio cabeza hueca antes de que se enfade contigo. – no me moví de ahí, y no lo haría hasta que me dejara hablar.

- No, no me iré hasta que me escuches...- lo dije subiendo mi voz

-Pues bien te escucho…

Suspire profundo y comencé a hablar – Escucha, solo vine hasta aquí para hablar sobre lo… que paso ese día…

-A si, pues eso nunca pasó para mí, así que no te preocupes… no hace falta hablar de eso.

-Pues permíteme refrescarte la memoria y que recuerdes el día en que estaban tan enojado que no dejaste que te explicara lo que pasaba… yo sabía que tú estabas enamorado de mi… como yo de…ti!, pero bien… ahora veo que no te importa más, solo espero que aunque sea encuentres a alguien que puede hacerte feliz. – me aleje lo más rápido que pude de ahí, la lagrimas no tardaban en salir así que no me di cuenta en qué momento una de las invitaciones se me había caído del bolsillo y fuera llevada lejos por el viento.

- - - - - - -- - - - - - -

El tiempo paso rápido y el día había llegado, temblando de pies a cabeza estaba por entrar a la ceremonia.

-Chi, tranquilo, no tienes por qué estar tan nervioso…

-Es que no puedo Yama-chan, es mucho para mi

- No seas tonto, esto es lo que siempre quisiste no es así?

Asentí con la cabeza, pero dentro de mi algo no estaba me tenía tan convencido… acaso en verdad deseaba eso? Era correcto continuar con lo que iba a hacer!

La música comenzó a sonar y las puertas se abrieron, dejándome ver a Kei parado junto al altar como siempre bien arreglado con su traje negro y la sonrisa que lo caracterizaba, camine por el pasillo hasta llegar a su lado, dando comienzo a la ceremonia. Paso el tiempo y por fin llegamos a la parte que todos esperan con ansias, la parte del hable ahora o callé para siempre, es la parte en la que todos se quedan en silencio esperando a que alguien diga…

-YO ME OPONGO! – escuche decir a una voz desde la entrada, todos los invitados, voltearon a ver de quien se trataba, y cuál fue la sorpresa que al momento en que Kei volteo se encontró con esa persona, el que ahora se iba acercando a paso rápido al altar para quedar frente a nosotros.

-Como dijiste?

-Así como escuchaste, Yo me opongo a que Yuri se case con alguien que no lo merece…

- Que estás diciendo idiota, Yuri y yo llevamos 2 años de ser novios y somos felices juntos, ahora por favor si nos permites estamos a punto de ser esposos…

-Felices?... no me hagas reír, ser felices no es cumplirte tus caprichos tontos y dejando el amor de lado, dime tonto, aunque sea alguna vez le preguntaste a Yuri que es lo que le gusta o que le molesta?

-Eso no te importa…

- Por supuesto que me importa… y mas porque, disculpa si aun no lo sabes pero el tiempo que tu dejaste a Yuri solo, yo estuve con el

-De que hablas?

- De cuando lo dejaste solo 1 semana cuando se supone que estaban de viaje para pasar un tiempo juntos... de eso es lo que hablo

- Yuri dime que lo que dice este tarado es mentira – me tomo de los hombros, no sabía que decirle.

-Yuri, dile… dile todo lo que paso esa semana que te dejo solo…

-Yo… - no podía articular palabra alguna, todo de pronto comenzaba a volverse confuso, mi mente me decía que debía irme con Kei, pero mi corazón latía fuertemente por la simple presencia de Yuya.

Difícil decisión? Pues no, porque me di cuenta antes de cometer el error de mi vida, que lo que hacía era incorrecto, viviría con el peso de ese error toda la vida, porque gracias a ese error sería capaz de ser feliz toda la vida.

-Kei, perdóname… gracias por todo este tiempo que estuvimos juntos y por el cariño que me diste, pero Yuya tiene razón, no creo que yo sea el indicado para estar a tu lado…

-Pero, por que Chinen?

-Porque yo ya encontré lo que en verdad buscaba en otra persona… - con esas palabras tome a Yuya de la mano saliendo los dos juntos para irnos lejos de ahí.

Si, sé que no era justo para Kei, por que el me dio muchas cosas, pero mi corazón ahora estaba conectado al de Yuya y eso era algo que no podría negarlo ni aunque quisiera. Nos detuvimos a mitad de camino para respirar un poco.

-No puedo más… estoy agotado- dijo sentándose en una banca del parque donde ahora estábamos.

-Si…yo…también – con la respiración entrecortada espere a que se normalizara rompiendo con el silencio- ….Porque viniste? Que acaso no te importaba?

-No, no me importaba…- se levanto de la banca y se fue acercando a mí- …hasta que vi esa invitación con tu nombre y el de ese cabeza hueca… eso fue lo que me hizo venir desde Paris hasta aquí.

-Pero… como supiste de…?

- El día que nos vimos, mientras dibujaba algo golpeo mi rostro y era un pedazo de papel, cuando lo tome y vi tu nombre ahí junto con el de el…algo me dijo que estaba siendo un completo estúpido al dejar ir a la persona que me hizo conocer lo que es el verdadero amor –me acerco más a su cuerpo, abrazándome entre sus brazos con fuerza, como si no quisiera dejarme ir-

-Yuya…- casi llorando susurre en su oído-

-Dime…

-TE AMO! Y espero que te quede bien claro… y si no es así, te lo seguiré diciendo por el resto de mi vida – tome su rostro entre mis manos y sellamos aquella confesión con un beso, que para nosotros fue como la primera vez… un beso cálido y sincero que transmitía todo aquel amor que en nuestros corazones se guardaba y que ya no podíamos retener.

-Je t’aime mon petit ami… - me dijo dulcemente besándome de nuevo.

-Y yo te amo a ti… mi inesperado amor…

FIN